Se detuvo el proceso de publicación de la NOM-051 relativa al etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas preenvasados, a causa de la Confederación Nacional de Cámaras Industriales (Concamin).
El Juzgado Séptimo de distrito en Materia Administrativa otorgó a la Concamin la suspensión provisional del proceso de creación de dicha Norma Oficial Mexicana el pasado 26 de febrero.
Miembros del Consejo Coordinador Empresarial, la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos y el Consejo Nacional Agropecuario denunciaron a finales de enero que la Norma Oficial Mexicana 051 carece de certeza normativa y reglas claras.
"El nuevo etiquetado es confuso, no es una solución integral. La forma en que evalúa no permite su reformulación y esto desincentiva la reducción de la huella calórica y reducción de porciones”, criticó Bosco de la Vega, presidente del CNA.
La Concamin expresó que se muestra que hay dudas razonables sobre la transparencia y legalidad del proceso de discusión y aprobación de la norma con la resolución del Poder Judicial.
A decir del sector empresarial de México, la norma aprobada no permitiría a los consumidores tener la información adecuada para tomar las mejores decisiones para su alimentación.
Con la suspensión otorgada, aseguran, se da una nueva oportunidad para un diálogo abierto, propositivo e incluyente con autoridades, expertos y la sociedad en general, para crear el mejor etiquetado posible, que garantice la veracidad de la información nutrimental para integrar una alimentación correcta.
El CCE, Concamin y CNA piden un etiquetado frontal que advierta clara y verazmente calorías, grasas saturadas, azúcares y sodio; que informe con datos precisos sobre contenidos específicos; que incentive la reformulación y reducción del tamaño de porciones; que esté basado en evidencia científica y que sea congruente con el marco jurídico nacional e internacional.
En octubre de 2019, el Senado de la República aprobó el dictamen de reforma a la Ley General de Salud en materia de etiquetado de alimentos y bebidas no alcohólicas.
La reforma establece que todos los alimentos y bebidas procesados deberán incluir un etiquetado frontal indicando que se trata de alimentos altos en grasas saturadas, en azúcares, en sal o sodio y en calorías.