En una fiesta, María Magdalena conoció a la mujer que presuntamente se llevó a su hija Fátima. Incluso la amistad de ambas mujeres creció al punto de compartir un tiempo la casa donde vivían con la menor, antes de ser encontrada sin vida en un baldío de Tláhuac. La madre de Fátima declaró que conoció a Giovanna por un amigo en común que las presentó. Hace un poco más de un año, Giovana dejó la casa de María Magdalena, donde esta le dio refugio, para mudarse al barrio de San Felipe, en donde vivía con Mario. La pareja fue vista por última vez el 11 de febrero por la tarde. En la orilla del portón fue abandonado un bicitaxi en el cual Mario Alberto era chofer.
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El día que la fiscalía mostró el retrato hablado de la pareja Mario, fue que él regresó al domicilio para llevarse la bicitaxi. Desde esa fecha, ningún vecino ha visto a la pareja y los familiares del hombre tampoco saben de ellos. Aunque parientes maternos viven a 50 metros del domicilio cateado por la FGJ, ellos dicen que desconocen el paradero de Giovana y su pareja, así como de sus tres hijos.
La abuela del hombre participó ayer en el sepelio de Fátima y pide a Mario que se entregue. “Es preferible verlo preso, a saber que algún día será linchado por los habitantes de Tláhuac”, dijo