Arqueólogos subacuáticos del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y especialistas norteamericanos encontraron dos anclas de hierro en la Villa Rica, Veracruz. Todo a 500 años de la llegada de Cortés, tiempo en que el litoral fue escenario de uno de los encuentros más importantes de la historia de México.
Se sabe que en 1519, el conquistador español ancló allí sus naves antes de iniciar la marcha a Tenochtitlan. En total ya son tres las anclas ubicadas en Villa Rica. En 2018, los investigadores encontraron una, a 300 metros al sur de las dos nuevas.
Además de la forma, iguales a las que se usaban en el siglo XVI, los investigadores mandaron a analizar el cepo, un trozo de madera adherido en perpendicular a la caña, el cuerpo principal del ancla.
Después de varios estudios, los investigadores confirmaron que la madera era de un árbol de «la cornisa cantábrica de España, que estuvo vivo en la segunda mitad del siglo XV»
Características de las dos anclas
Por su parte, el codirector del proyecto Roberto Junco, titular de la Subdirección de Arqueología Subacuática (SAS) del INAH, declaró que las nuevas dos anclas son más grandes pues la primera medía dos metros de largo y 66 centímetros entre las puntas de sus brazos.
En tanto, la de ahora mide 3.68 metros de largo y tiene una anchura de 1.55 metros entre sus puntas; por su parte, la otra mide 2.60 metros de largo por 1.43 metros de un extremo al otro de sus brazos.
Sin embargo, los especialistas señalan que aún es precipitado decir que las anclas pertenecieron a navíos de Cortés, ya que hasta entrado el siglo XIX, esa zona de la costa mexicana «se convirtió en un puerto muy activo para la navegación».
«No está claro si las tres anclas pertenecen a un mismo momento histórico, pero su alineación al suroeste coincide con la lógica de la Villa Rica como un puerto que protege a los barcos de los vientos del norte y el noroeste», dijo Roberto Junco, en un comunicado.