En nuestro país, la mortalidad por cáncer de ovario es del 60%, comparado con el 50% para cáncer cervicouterino y el 30% para cáncer de mama. El cáncer de ovario es una enfermedad considerada menos prevalente con relación al cáncer de mama y cérvix, sin embargo, se asocia a mayor letalidad, de acuerdo con Globocan 2018.
México se encuentra en el tercer lugar de cánceres ginecólogos, donde se incluye al cáncer de ovario. Al año se diagnostican 4 mil 759 nuevos casos equivalentes a 13 diagnósticos y 8 muertes diarias por esta enfermedad. Se calcula que este año se producirán 13 mil 980 muertes a causa cáncer de ovario, de las trompas de falopio y peritoneal. La tasa de supervivencia de este tipo de cáncer es de 5 años e indica el porcentaje de mujeres que sobreviven al menos 5 años, una vez detectado el cáncer. Los estados al interior del país con más casos referentes son Ciudad de México, Estado de México y Nuevo León.
Epitelial. - inicia en las células que cubre el ovario, es decir la capa más externa y el 95% de los casos principalmente se inicia a partir de los 45 años.
Tumores de células germinales. - este se origina en el interior de ovario donde se forman los óvulos, donde el 5% de las mujeres jóvenes sufren el padecimiento.
Su detección en etapa temprana es difícil, las manifestaciones son dolor abdominal, pélvico, náuseas, deseo constante de orinar, cambios en periodos menstruales, sangrado atípico, cansancio, dolor de espalda, estreñimiento, por está sintomatología es común confundir el padecimiento con gastritis o malestares gástricos. La prueba correcta para realizar la detección de esta afección es el ultrasonido transvaginal.
Los posibles factores de riesgos para contraer la enfermedad son: sobrepeso, tener una edad de 40 años o más, uso de tratamientos de fertilidad, antecedentes familiares de cáncer de seno, colorrectal o de ovario y no haber tenido hijos nunca.
Si bien la mayoría de los casos de cáncer de ovario se dan después de la menopausia, en mujeres de 55 a 64 años, el cáncer de ovario puede aparecer a cualquier edad.
Por ello hay que tener los sentidos muy atentos, pues el riesgo de una mujer de padecer cáncer ovárico durante el transcurso de su vida es de aproximadamente 1 en 78. Sin embargo, el panorama para las mujeres no es tan sombrío porque este tipo de cáncer puede ser curable si se detecta a tiempo. Según estudios recientes cuando esta enfermedad se encuentra de forma temprana, aproximadamente 94% de las pacientes viven más de 5 años después del diagnóstico.
Las mujeres con familia en primera línea con cáncer de mama u ovario pueden ser portadoras de una mutación en los genes BRCA 1/2, los cuales aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de ovario. En estos casos se debe iniciar el estudio de tamizaje desde los 35 años. La búsqueda de este gen también determina parte del pronóstico, define si se pueden ofrecer terapias génicas y ayuda a conocer el riesgo que tienen otras mujeres de su familia.
De igual forma, si es portadora de la mutación BRCA 1/2 y tiene paridad satisfecha puede considerar someterse a una cirugía preventiva, que implica el retiro de los ovarios y las trompas de Falopio.
Redoblemos esfuerzos en la lucha contra este padecimiento, el monitoreo continúo es vital para la prematura detección y salvaguarda de la vida. Unamos la voz en pro de los derechos de la salud de la mujer mexicana.