El 17 de octubre, el Grupo de Análisis de Información del Narcotráfico (GAIN) y fuerzas federales desplegaban un operativo en Culiacán, para detener a Ovidio Guzmán, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán, el cual desató un auténtico combate con miembros del Cártel de Sinaloa.
Según la información oficial revelada el 30 de octubre por el gabinete de seguridad de Andrés Manuel López Obrador, hubo un caso de un militar que prefirió entregarse e irse como rehén con los miembros de la delincuencia organizada para salvar a niños en una unidad habitacional.
Según relató Luis Cresencio Sandoval González, titular de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), el operativo que tuvo que ser cancelado para salvaguardad a la población dejó un saldo de 8 fallecidos, 19 heridos y 11 miembros de las Fuerzas Armadas que fueron secuestrados.
“Un elemento de tropa con unos niños, estaban jugando ahí. Cuando inician las agresiones, el sargento une a todos los niños, los reúne y los mueve del lugar para ponerlos a salvo, porque no sabía qué estaba sucediendo y nada más estaba escuchando los disparos”, narró Sandoval González.
Se relató que cuando los miembros del crimen organizado ingresaron a la unidad habitacional militar como forma de presión para que se liberara Ovidio, observaron al soldado con un grupo de gente, quienes eran niños.
“Los delincuentes que ya habían ingresado a la unidad habitacional a pie, lo alcanzan a observar y van sobre él o van sobre el grupo de personas, no sabían que eran niños tampoco. Cuando ya llegan ahí, el sargento les establece que son niños, que son puros niños, los dejan y se lo llevan a él, lo retienen a él”, agregó el titular de la Sedena.
El militar, liberado unas horas después, prefirió entregarse para que dejaran en paz a los menores así como se calmara el ataque se estaba dando en la unidad habitacional militar de Culiacán.