El día de ayer, elementos del Ejército fueron desarmados y retenidos en un poblado del municipio de La Huacana, Michoacán. Tal como lo muestra un video que circula en redes sociales.
Los militares fueron sometidos por los pobladores, a quienes previamente se les había decomisado armas de grueso calibre.
Ante las agresiones físicas y verbales, los militares mantuvieron siempre un actuar en el marco de los derechos humanos: en ningún momento los elementos hicieron uso de sus armas.
Aún más: entregaron sus armas y descartaron la posibilidad de pedir refuerzos, con lo que hubieran entrado más militares al lugar con el fin de rescatar a sus compañeros.
Con esta solución (la devolución del armamento) resguardaron la vida de los elementos y no dañaron a los civiles.
Al respecto, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, afirmó que "bajo ningún supuesto es posible el uso de la fuerza y violencia para solicitar o exigir planteamiento alguno". Asimismo, reprobó este acto de violencia por estar fuera de la ley.
Cabe destacar que en diversos lugares del país se emplean a grupos vulnerables de la población como escudo humano y con la intención de repeler las acciones del Ejército.
Tales han sido los casos de las Autodefensas, grupos armados y huachicoleros.