Para la comunidad católica la aplicación de ceniza es una fecha muy importante, ya que con ella inicia la Cuaresma, que es el periodo previo a la Semana Santa, y concluye con el Jueves Santo, día que se recuerda la Última Cena de Jesús, antes de ser crucificado, el viernes.
La Cuaresma tiene una duración de 40 días, en alusión a diversos pasajes bíblicos, como los 40 días del diluvio universal, los 40 años de lucha del pueblo judío y los 40 días que Jesús pasó en el desierto.
La respuesta es simple, la ceniza que se utiliza para aplicarse a los fieles es el resultado de la quema de olivos y palmas bendecidas en el Domingo de Ramos del año anterior.
En algunas iglesias también se utilizan las imágenes de Santos que se han dañado con el paso del tiempo y las mezclan con agua bendita para poder aplicarla fácilmente.
Colocar una cruz en la frente el Miércoles de Ceniza proviene de una tradición judía, donde la ceniza representaba la fugacidad de la vida y el arrepentimiento de los pecados.
Durante esta fecha los judíos se cubrían el cuerpo con ceniza como una forma demostrar que intentaban acercarse a Dios. Con el paso de tiempo, la costumbre fue adoptada, pero de una forma distinta a la actual.
En la tradición católica, cada Miércoles de Ceniza los creyentes acuden a la iglesia para que el sacerdote les coloque una cruz de ceniza en la frente, como símbolo al verso del Génesis 3:19 el cual dice: “Fuiste hecho de polvo y al polvo volverás”.
La ceniza representa un signo de humildad y le recuerda al cristiano su origen y su fin, y que la vida terrenal es temporal.
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