En la mina de carbón colapsada donde murieron siete carboneros, “Cuchufleto”, un perro fiel pasa horas y horas echado esperando a su amado dueño.
El noble perrito, de mirada triste y un amor incondicional, llega todos los días a ese lugar con la esperanza de volver a ver a su dueño.
Gonzalo Cruz Marín, de 55 años de edad fue el cuarto de los cuerpos rescatados, cuando las paredes del manto carbonero se derrumbaron por una inundación, dejaron atrapados a siete trabajadores.
Sandra Idalia Briseño, viuda de Cruz Marín, compartió la historia en un video de un medio local, difundido en redes sociales, relata que su esposo trabajaba dos turnos seguidos y que el perro lo seguía para todos lados.
“Se iba con él en la mañana, lo dejaba en la mina y se regresaba a la casa a comer y a tomar agua. Por la tarde si mi esposo no llegaba, “Cucho” se iba de nuevo y lo buscaba” Relato.
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