El coronavirus ha propagado el desánimo entre migrantes solicitantes de asilo en EE.UU. y algunos ya han pedido apoyo a su consulado para salir de Matamoros, municipio del nororiental estado mexicano de Tamaulipas.
Después de más de un mes de cuarentena en la Casa del Migrante "Juan Diego", el matrimonio de salvadoreños Víctor Manuel Martínez Pineda y Claudia Yamileth Martínez Andrade han pedido a sus representantes diplomáticos que les ayuden a abandonar la frontera del norte de México.
En este éxodo fallido, ahora les tocará enfrentarse a su realidad en su natal San Martín, municipio de San Salvador, El Salvador.
A través del programa "Remain in México" (Permanecer en México), impuesto hace más de un año por el Gobierno de Estados Unidos, se instauró que miles de personas esperen en varias ciudades fronterizas mexicanas la resolución de su solicitud de asilo en Estados Unidos.
La presión incrementó en la frontera desde finales de marzo, cuando Donald Trump ordenó negar la entrada al país a todos los solicitantes de asilo debido a la pandemia de COVID-19, que acumula cera de 100.000 muertes en Estados Unidos y 7.400 en México.
El golpe anímico se ha expendido entre los migrantes tras el cierre de las fronteras por COVID-19 que ha impuesto la administración estadounidense al aplazar las citas para presentarse ante las cortes para revisar sus casos.
Él es uno de los cerca de 2.000 migrantes que hoy forman parte del programa "Permanecer en México" y esperan en Matamoros a que se continúe con la operación del programa.