El pasante de la licenciatura en Física y alumno de Matemáticas de la UNAM junto a un grupo de estudiantes de la Facultad de Ciencias adaptaron aparatos y equipos científicos para montar un laboratorio móvil a bordo de una emblemática camioneta germana Kombinationsfahrzeug azul, modelo 1992. Y ahora llevan a esos lugares remotos, de difícil acceso, la Combi de la Ciencia. A.C, vehículo con el cual acercan el conocimiento y detonan en los pobladores el gusto e interés por la ciencia.
Hace una década, Cristóbal salió de su pueblo natal, con el objetivo de forjarse como científico. Este verano volverá al sitio con el proyecto que forma parte de su servicio social como físico, realizado en el Museo de la Luz de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia (DGDC) de la UNAM. “No quería hacer algo de oficina, que quedara engargolado en algún cajón y decidí devolverle un poco a Guerrero, de lo mucho que me ha otorgado, y le aporté desde mi trinchera; así nació la Combi de la Ciencia, en la que transportamos gente y equipo y así hacemos divulgación, porque si la montaña no viene a Pedrito, los aceleradores de partículas van a la montaña”, narró.
Uno de sus objetivos es motivar a los universitarios a compartir algo de lo que saben, en comunidades con alta marginación. “Por ejemplo, uno de los proyectos que quiero agregar a esta combi es un refrigerador solar para preservar la cadena de frío en antídotos contra picaduras de alacrán, debido a que hay comunidades que están tan alejadas, donde ni siquiera hay electricidad”, comentó.
La Combi de la Ciencia es su iniciativa lograda “a punta de coperacha”, y será, tras el término de su servicio social, un proyecto extramuros que “no quedará ahí, como una llamarada de petate, como decimos en mi pueblo”, aseguró Cristóbal. “Ya tenemos nuestra ruta: queremos visitar las comunidades que circundan Taxco, Iguala, Chilpancingo y Acapulco, para demostrar que los jóvenes organizados podemos concretar proyectos y uno de éstos es regresarle un poquito a la sociedad que nos apoya con sus impuestos”, adelantó.
El joven universitario ha sido aceptado para realizar un posgrado en la Escuela Politécnica Federal de Lausana, Suiza, donde participará en el futuro Colisionador Circular Lepton, que medirá 100 kilómetros de diámetro y “será la máquina más grande que la humanidad haya construido jamás”.
El financiamiento para su estancia provendría de la organización internacional Fundación Marie Curie. Trabajaré mi proyecto con la investigadora italiana Tatiana Pieloni, quien concretó la idea de un sistema experto óptico para futuros aceleradores de partículas. El acelerador actual más grande mide 27 kilómetros de diámetro, pero la futura generación medirá 100 kilómetros y es en la que yo trabajaría, en el sistema óptico experto, y mi emoción es de ese tamaño, porque mi proyecto saldría de ahí”, explicó el joven.