Desde el pasado domingo la caravana migrante, que se encuentra en territorio Oaxaqueño, al ofrecerles esta rechazó la aplicación de pruebas rápidas de Covid– 19, señalando que es una táctica para desintegrarlos.
En su mayoría, los migrantes son origen hondureño, pero al enterarse que las autoridades de la jurisdicción sanitaria número 2 “Istmo” realizarían las pruebas rápidas, decidieron seguir su camino, muchos de ellos abordaron camiones de carga que los llevó al poblado de La Venta, ubicado a 22 kilómetros de distancia.
Desde su ingreso a Oaxaca, los integrantes de la caravana están enfermos de gripe, tos y temperatura, especialmente las niñas y niños, razón por la cual se llevarían acabo las pruebas contra coronavirus, sin embargo, Irineo Mujica líder de la caravana, informó que la caravana viaja con cuatro médicos, además de que todos están vacunados.
“Nosotros llegamos con la mejor intención de colaborar, pero ellos rechazaron las pruebas y respetamos”, indicó Fernando Molina Crispín, responsable del área de urgencias y desastres de la jurisdicción sanitaria número 2 “Istmo”.
Las pruebas se aplicarán a las personas con síntomas, y se realizarían pruebas de dengue.
Al igual los SSO pusieron a disposición una brigada médica y la entrega de cubrebocas, pero todo fue rechazado por la caravana migrante.
La caravana migrante desde el pasado 23 de octubre del estado de Chiapas, señaló que “nadie ni nada detendrá su ruta”, y que el próximo 18 de noviembre iniciará una nueva caravana que partirá del sur de Veracruz.
Con datos de las autoridades de derechos humanos que acompañan está caravana, a su ingreso por Oaxaca el pasado domingo se contabilizaron unos 300 menores de edad y 400 mujeres, contingente que ha ido disminuyendo al entregarse a las autoridades del Instituto Nacional de Migración (INM).
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