La práctica de los sacrificios humanos y el canibalismo practicado por grupos del narcotráfico “crea comunión, una complicidad que no tiene regreso”, afirmó el antropólogo y miembro del Colegio Nacional, Claudio Lomnitz, en entrevista con Denise Maerker en su espacio radiofónico de Radio Fórmula.
En el marco de una serie de conferencias que el investigador realizará sobre el canibalismo, a partir de este 31 de mayo a las 18:00 horas en el Colegio Nacional, Claudio Lomnitz explicó que hay diversos tipos de canibalismo, como el relacionado a sociópatas y a crímenes de pasión que son objeto de la nota roja desde tiempos de José Guadalupe Posadas.
Asimismo, mencionó que el sacrificio y canibalismo en el caso de los narco-satánicos, registrado en 1989 en Matamoros, “sucedió como algo totalmente excepcional, pero sabemos que el tema del canibalismo se ha repetido”, especialmente el ligado al narcotráfico.
Sobre el caso de los llamados narco- satánicos, el miembro del Colegio Nacional relató que un cubano dedicado a hacer rituales migró a Matamoros para hacer trabajos al Cártel del Golfo.
Además, dijo, eso sucedió previo a la oleada de violencia que se desataría en el país a finales de los años 80, cuando el narcotráfico cambió en gran medida con la introducción del tráfico de cocaína, lo que modificó su esquema económico y sus paranoias.
Así, el Cártel del Golfo contrató a un personaje que sirviera a sus crecientes paranoias y comenzó con los sacrificios humanos “que casi siempre implican canibalismo, igual que con el sacrificio animal, porque casi siempre implica comerse partes del cuerpo sacrificado”.
El académico explicó que los rituales practicados por narcotraficantes en Matamoros eran secretos, pero “después inició el uso del canibalismo como arma de terror, que hemos visto recientemente en un video que se hizo viral, de uno de los del Cártel de Jalisco Nueva Generación que aparece dándole un mordisco a una víctima de los (del Cártel) de Sinaloa”.
Claudio Lomnitz considera que los sacrificios y el canibalismo al ser una transgresión moral y emocional, pasa a crear un complicidad entre la gente que participa del ritual y “distingue a los de adentro de los de afuera de una manera absolutamente tajante”.
“Creo que el canibalismo y el sacrificio humano son, realmente, la base de toda la civilización judeocristiana, sobre la que se monta también el estado moderno. Y si tienes grupos violentos que están haciendo eso, habla de una subversión de la base misma de la ley y la moral moderna”, mencionó.
Por último hizo la distinción entre las prácticas rituales prehispánicas y las del crimen organizado, pues “el sacrificio azteca era un sacrifico de Estado” y se relacionaba al imperialismo y el practicado por el narcotráfico va contra los valores del Estado y “está subvirtiendo la moralidad de la sociedad y el Estado”.y las del crimen organizado, pues “el sacrificio azteca era un sacrifico de Estado” y se relacionaba al imperialismo y el practicado por el narcotráfico va contra los valores del Estado y “está subvirtiendo la moralidad de la sociedad y el Estado”.
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