Oaxaca, Oax.- En la pared está colocada su fotografía y debajo un altar con flores y una vela. La familia de Benito Muñoz, inmigrante oaxaqueño que murió en el desierto de Tucson, Arizona, el pasado 18 de julio, espera con ansias su repatriación para enterrarlo.
El cuerpo de Benito está en la morgue de Arizona, su regreso a San Felipe Tejalapa en el municipio de Etla, ha sido posible a través de colecta que realizaron paisanos oaxaqueños radicados en Estados Unidos y de donaciones que solicitó su hermana, Rosa, en las redes sociales.
- Rosa recordó que la mayor ilusión de su hermano era trabajar para sus dos hijas menores de edad. Él abandonó el territorio oaxaqueño el 27 de junio, y su última conexión fue el 17 de julio, de ahí ya no se supo de él.
Benito intentaba por segunda ocasión llegar a Estados Unidos y trabajar, dijo su hermana.
De oficio taquero, Benito era alegre y su única preocupación era mejorar sus condiciones de vida.
- “Ánimo hermanito, lo vas a lograr, tqm” fue el último mensaje que su hermana le envió el 17 de julio y al que su hermano respondió con un “también te quiero mucho”, de ahí ya no se supo más hasta el 18 de julio, cuando le avisaron que ya había muerto.
Rosa está agradecida con la sociedad civil por ayudarla, porque de lo contrario, su padre iba a vender su único patrimonio, que es su hogar, para poder repatriar los restos de su hermano.
- Lamentó que las autoridades no dieron el auxilio solicitado.
Pidió un poco más de “humanidad” por parte de las autoridades y que cumplan con su trabajo, porque dijo “recursos sí hay en el estado, porque por eso pagamos impuestos”.
Además de Benito Muñoz, hay al menos tres oaxaqueños que sus familiares buscan repatriarlos, pero no lo han logrado. Se trata de los hermanos Carlos Enrique y Édgar Mendoza, oriundos de Tuxtepec, y Juan Jesús Díaz Trinidad, oriundo de San Dionisio del Mar, Oaxaca.