En los últimos años el enfoque médico está sobre el cáncer de mama y de próstata, en la actualidad el mundo se apresta a atender los tumores del tubo digestivo que abarca esófago, estómago, colon, recto y ano.
En México es importante su relación con el hígado; además, de todos estos el de colon y de recto ocupan el primer lugar en cuanto a frecuencia de tumores, expone Erika Betzabé Ruiz García.
La titular del Diplomado de Medicina Traslacional en Oncología de la Facultad de Medicina de la UNAM y directora de Docencia del Instituto Nacional de Cancerología (INCan), aclara:
- Precisa que las personas nacidas después de la década de los 90 del siglo pasado tienen mayor riesgo de padecer el de recto que el de colon, porque el primero se presentaba habitualmente en la gente mayor, de entre 70 y 80 años, y esto se debe a que el factor de riesgo principal para cualquier tipo de neoplasia es la longevidad, pero desde hace una década a nivel global, es más frecuente este tumor en gente joven, en personas menores de 50 años.
Lo anterior, debido a factores relacionados con la alimentación: "a la dieta carente de fibra, agua y al alto consumo de alimentos procesados", puntualiza, de acuerdo con un comunicado de la UNAM.
Hace aproximadamente un lustro, recuerda, la Organización Mundial de la Salud (OMS) comunicó que para 2030 habría incremento severo en el cáncer colorrectal, principalmente en las américas.
ESTIGMAA diferencia del de mama, por ejemplo, de este nadie quiere hablar, es un prejuicio, es como un órgano sucio, y no es así, le toca esa función, apunta la también integrante de la Academia Nacional de Medicina.
- Ruiz García menciona que en el INCan al menos uno de cada cinco pacientes de estos tipos de cáncer es menor de 50 años. Es serio porque empiezan con sangrado y se quedan callados, le echan la culpa a la hemorroide, y finalmente van al doctor. De acuerdo con la forma en que hemos sido educados, se piensa que es una infección o inflamación porque es gente joven, y se cree que no ocurre nada.
Una situación frecuente en una posible sintomatología de estas neoplasias es que hay cambios en los hábitos intestinales; por ejemplo, si una persona es regular y todos los días excreta y de repente empieza con estreñimiento, eso no es normal, aunque no necesariamente es cáncer.
- El segundo aspecto es el sangrado, que puede ser sangre fresca, roja, o digerida, que es aparentemente negra, y eso amerita revisión de un médico. Con frecuencia se quedan con esos síntomas, no un día, un mes, pueden ser dos o tres años hasta que el tumor se sale del órgano y se va a otros sitios del cuerpo; cuando está demasiado extendido es cuando acuden al especialista. "Lo principal es conocer nuestro cuerpo y saber detectar lo anormal", alerta.