La esquina de Malagueña y Cama de Piedra semeja una zona turística, pues automovilistas y vecinos, se detienen frente al número 54, se toman fotos y selfies con paisaje de fondo la casa asegurada y con sellos de clausura.
La tarde noche de ayer, personal de la Fiscalía General de Justicia del estado de México (FGJEM) encabezaron el operativo para rescatar a las mascotas.
Los vecinos describen a Bartolomé, “Bartolo” o “El Tolo” como un hombre de baja estatura de tez blanca y quien siempre vestía botas de hule hasta las rodillas.
Los vecinos dijeron no explicarse cómo “El Tolo” obtenía dinero para comprar tantos desperdicios con los que alimentaba a los canes que recogía de la calle.
“El Tolo”, cuentan los entrevistados, vivía en condiciones de miseria y tenía en el hacinamiento a su hermana y su madre, esta última propietaria del inmueble.
Lo cierto, narran, es que El Tolo siempre tenía el apoyo de “El Bony”, “El Flakaman”, “El Beto” y “El Enrique”, entre otras personas quienes todas las tardes salían a buscar vísceras en los mercados de la zona, para alimentar a los perros
Mientras tanto, la Procuraduría de Protección al Ambiente colocó sellos de clausura en tres locales: el primero que era de reciclaje de fierro viejo, el segundo que nunca abrió la cortina y el tercero donde se refugiaban los integrantes del llamado Escuadrón de la Muerte.