Los viajeros, parte de un grupo de unos 70 jóvenes, se trasladaron hace 10 días en un vuelo chárter desde Austin, Texas, a Cabo San Lucas, en México. De regreso a casa, algunos lo hicieron en vuelos comerciales separados, añadieron las autoridades.
Cada año, miles de jóvenes de Estados Unidos llegan a las playas mexicanas para celebrar el “spring break”, unas vacaciones que le dejan a la industria turística local millones de dólares y una ocupación hotelera casi total. Sin embargo, las restricciones y preocupaciones por el brote de coronavirus le están pasando factura a la industria.
El grupo de 28 estudiantes contagiados con el virus -surgido en China a fines del año pasado y que ha matado a más de 37 mil personas en todo el mundo- se autoaisló y otros se encuentran en cuarentena mientras son controlados, dijo el comunicado.
“Si bien las personas más jóvenes tienen menos riesgo de complicaciones, no son inmunes a las enfermedades graves y la muerte por COVID-19”, dijo el doctor Mark Escott, la autoridad interina de Salud del Condado de Austin-Travis.
México ha confirmado poco más de mil casos de coronavirus y 28 fallecidos, apenas una fracción de los casos en Estados Unidos. Los críticos de la estrategia del gobierno aseguran que si se hicieran más pruebas podrían detectarse un mayor número de casos.
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