Washington. El presidente Andrés Manuel López Obrador pidió a su par estadunidense Joe Biden la aprobación de la propuesta reforma migratoria en Estados Unidos, le ofreció acceso a gasolina y gasoductos en México y le propuso una baja de aranceles e inversiones conjuntas.
En la reunión que ambos sostuvieron este martes en el Salón Oval de la Casa Blanca, López Obrador expuso el tema medular en el objetivo de su visita a esta capital, la relacionada a la migración basada en dos partes: otorgar visas de trabajo temporal para trabajadores migrantes a fin de regularizar el fenómeno de flujos de movilidad irregular hacia el norte y la aprobación de la reforma migratoria que dé certidumbre a millones de personas sin documentos que desde hace años viven y aportan para esta nación.
“Ordenar el flujo migratorio y permitir la llegada de Estados Unidos de obreros, técnicos y profesionales de distintas disciplinas, mexicanos y centroamericanos, con visas temporales de trabajo para asegurar que no se paralice la economía por falta de mano de obra. El propósito es contar con la fuerza de trabajo que demandará el plan propuesto por usted, y aprobado por el Congreso, de destinar más de un billón de dólares para la construcción de obras de infraestructura”.
La segunda línea en ese punto, agregó el tabasqueño, es lo indispensable, “lo digo de manera respetuosa, regularizar y dar certidumbre a migrantes que desde hace varios años trabajan honradamente y contribuyen al desarrollo de esta gran nación”.
DUPLICAR GASOLINAOtro de los planteamientos del mexicano fue duplicar la producción mexicana de gasolina para que estadunidenses puedan comprar ese combustible a lo largo de ciudades fronterizas con Estados Unidos como apoyo para que disminuyan los costos. “Hoy un galón de gasolina cuesta 4.78 dólares en Estados Unidos y en México 3 dólares con 12 centavos”, dijo el presidente.
También puso a disposición de la economía estadunidense más de mil kilómetros de gasoductos a lo largo de la frontera con México, para transportar gas de Texas a Nuevo México, Arizona y California por un volumen capaz de generar hasta 750 megawatts de energía eléctrica y abastecer a 3 millones de personas.
Otro punto es que se eliminen aranceles a productos que aún no están considerados en el tratado comercial de América del Norte (TMEC) y “ hacer lo mismo con medidas reglamentarias y trámites tediosos en comercio de alimentos y otros bienes que aminoren los precios a los consumidores de otros países, cuidando sólo la salud y el medio ambiente”.
El último de los proyectos anunciados por el mandatario mexicano es iniciar un plan de inversión pública y privada entre los dos países para producir bienes que fortalezcan los mercados y se eviten importaciones de otras regiones o continentes, como sucede, dijo, con China, que en años recientes “es la fábrica del mundo”.
El punto de China no cayó bien en el estadunidense, que tras la intervención del mexicano replicó que Estados Unidos produce más alimentos que aquel país del oriente, que su país es la nación “con menos inflación” en medio de la crisis y pidió paciencia para trabajar juntos en beneficio de los dos pueblos.
A la vez, agregó que es “momento de hablarnos con respeto” e invitó a López Obrador a dialogar con mayor amplitud en la sesión bilateral.
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