Los módulos donde se realizan pruebas rápidas de COVID-19 están abiertos a todo el público. Cualquiera que se forme en la fila y alcance un turno tiene permitido recibir el servicio.
No obstante, resulta sorprendente la cantidad de personas que asisten. La demanda parece ser siempre excesiva, según reportan las personas que atienden los quioscos.
Además de capitalinos, muchos habitantes del Estado de México acuden a realizarse las pruebas en quioscos de la CDMX. Esto ocurre, en muchos casos, porque esas personas trabajan ahí, aun si no tienen ahí su domicilio.
Pero además de ellos, muchos extranjeros también han pedido pruebas en los módulos. Puesto que en el aeropuerto les piden una prueba negativa para permitirles ingresar y tomar su vuelo, han visto en esos módulos una solución muy efectiva.
Antes de realizarse la prueba, las personas deben proporcionar sus datos personales y responder una encuesta que busca saber si padecen síntomas, si han estado en contacto con alguna persona que haya resultado positiva o si padecen alguna comorbilidad.
La toma de muestras toma aproximadamente 5 minutos y los resultados se conocen en unos 20 minutos. Aunque, por la alta demanda, muchas personas intentan llegar tan temprano como puedan. Hay un número limitado de pruebas por turno, pero además del turno matutino también está el vespertino, en el que hay otros turnos disponibles.
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