Este lunes 27 de septiembre, en la llamada zona cero del cerro del Chiquihuite, maquinaria pesada se alista para demoler las 11 viviendas y un nicho que se vieron afectadas por el derrumbe de rocas hace algunas semanas.
Este día, tres máquinas excavadoras de alto tonelaje trabajan en la parte más alta de la zona del derrumbe, colocando las últimas toneladas de tezontle y arena, que sirven para estabilizar la zona y dar paso a la segunda etapa, que es la demolición.
Sin embargo, al menos tres de estas viviendas, en específico las casas de la zona alta que se vieron severamente afectadas, han sido rellenadas con el material.
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Cabe recordar que la zona permanece acordonada y resguardada por elementos de la Guardia Nacional, así como por agentes de la Policía del Estado de México.
Hasta el momento, han sido depositadas más de mil 600 toneladas de material en la zona cero del cerro del Chiquihuite.
El pasado 23 de septiembre se informó que, en la parte baja del cerro del Chiquihuite, se ubican dos predios planos: uno reverdecido y el otro de tierra.
Los llaman el Copal y el Polvorín. Personas como Paula Carrillo, que fueron desalojadas ante la posibilidad de un nuevo derrumbe, proponen ser reubicadas en esa zona.
Las autoridades afirman que son al menos 178 viviendas las que debieron ser desalojadas. Entre ellas la de Miguel Brito. A él le preocupa el valor de su casa de cuatro niveles, ubicada en la calle Alpino Solitario.