"La práctica del redondeo tiene tres objetivos: administrativo, social y fiscal", explicó Leopoldo Figueroa, experto en finanzas en la Escuela Bancaria y Comercial.
Por una parte, facilita la administración del flujo de efectivo, “te quitan el problema entregar moneditas”, dijo el académico. Por otra parte, los centavos que se redondean se destinan hacia una organización con fines no lucrativos, y por último, representa una ventaja fiscal para la empresa.
“Nosotros como persona física no pedimos un comprobante de esos centavos donados, la cadena comercial que hace la donación es la que tiene el beneficio fiscal, porque las donaciones son deducibles de impuesto, pero no es un monto que a la cadena comercial beneficie de forma considerable”, comentó Figueroa.
La función de las cadenas es servir de recaudadores con el propósito de que las asociaciones y fundaciones lleguen a un mayor público. “Si no contaran con la ayuda de las tiendas, difícilmente llegan a poder obtener el dinero de los clientes para que te apoyen en esas labores sociales”, dijo José Manuel González, socio a cargo de compañías de retail de KPMG México.
Para el especialista el verdadero beneficio es la imagen que da hacia sus consumidores. “Lo que persiguen es que sus clientes se den cuenta de que ellos participan activamente en su comunidad y que quieren devolver algo a la sociedad. Esto puede hacer que los clientes sean más leales a ciertas marcas”, comentó González.
Una de las críticas de esta práctica es que las empresas no suelen redondear sus precios, es decir siempre tienen centavos “volando”, pero esta es una técnica usada a nivel mundial. “Es por un efecto de mercadotecnia. No es lo mismo ver 5.90 a 6 pesos, el impacto mental es que me está costando alrededor de cinco pesos, no seis”, explicó Figueroa.
Las cuatro cadenas comerciales más grandes del país son públicas, por lo que sus programas de donaciones y de responsabilidad social están disponibles para el público a través de sus páginas de internet.
Soriana, por ejemplo, puso en marcha el programa “Somos familia con México” para ayudar a los damnificados por los sismos de septiembre de 2017. “Consistía en invitar al cliente a dejar su donativo en cada una de nuestras cajas y el ofrecimiento de parte de Soriana como empresa para multiplicar ese monto que se reuniera”, dijo Claudia Aguado, subdirectora de Soriana Fundación.
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Durante el tiempo que duró la iniciativa -del 21 de septiembre al 31 de octubre- se reunieron más de 13 millones de pesos, que se usaron para la construcción de 112 casas en las comunidades oaxaqueñas de Ixtepec y en Juchitán.
Leopoldo Figueroa de la EBC concluyó que “no se debe desconfiar en esta operación del redondeo, porque el dinero sí va a los fines que nos están diciendo y creo que es una forma de contribuir a actividades de carácter social”.