El conflicto estalló el 29 de julio, cuando la actriz hizo una presentación judicial en un tribunal de Los Ángeles acusando a Disney por incumplimiento de contrato debido al lanzamiento simultáneo en cines y en streaming de “Black Widow”, la nueva película de Marvel.
En la demanda, Johansson afirma que perdió millones de dólares por la decisión unilateral tomada por los principales ejecutivos del estudio.
La denuncia añade que “Disney intencionadamente indujo el incumplimiento de contrato de Marvel, sin justificación, con el objetivo de impedir que Johansson obtuviera los beneficios totales de su acuerdo”.
Disney respondió y aseguró que esta demanda no tiene “ningún fundamento”. “Esta denuncia es especialmente triste y angustiante en su cruel indiferencia a los efectos horribles, prolongados y globales de la pandemia del coronavirus”, afirmó la compañía.
Lo que pide el estudio es que el litigio se someta a una instancia conocida en los Estados Unidos como arbitraje privado, que permite a las partes enfrentadas llegar a un acuerdo de forma rápida y reservada, alejado de la opinión pública. Para que se ponga en marcha, debe ser aceptado voluntariamente, algo que a partir de la reacción de los abogados de Johansson no parece una alternativa.
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