La lipoescultura forma parte de los procedimientos de remodelación corporal. Se conoce con este nombre, así como liposucción, a la intervención quirúrgica con la que se remodela la silueta, redistribuyendo y extrayendo la grasa en zonas concretas o de forma generalizada.
Esta intervención forma parte de los programas de remodelación armónica, cuyo objetivo es el de remodelar los contornos. Pero evidentemente, como toda intervención invasiva, conlleva unos riesgos.
Entre los peligros de esta operación, están las reacciones propias a la anestesia, coagulación de la sangre, infecciones o pérdida de líquidos, mas allá de las cicatrices y otros problemas moderados referidos a pigmentación o insensibilidad en la piel.
Desde la sociedad, quieren matizar el certificado de todos sus miembros como Especialistas en Cirugía Plástica Reparadora y Estética. Y señalan esto porque, tal y como explican, la cirugía estética sólo está incluida en un título oficial de especialista, el mencionado anteriormente, obtenido tras la Licenciatura de Medicina y el examen de MIR, además de completar 5 años de residencia en uno de los servicios de Cirugía Plástica en los hospitales públicos españoles.
“Nuestras iniciativas para evitar que se puedan realizar actos propios de un médico especialista siendo solamente médico general son constantes en el tiempo. El Título de Especialista es el único que acredita la capacidad, es el título habilitante. Esto nos ha llevado a plantear iniciativas legislativas que se encuentran en curso en este momento y siempre en beneficio del paciente”, añaden.
Lamentablemente, según datos de la ASAPS (Asociación Americana de Cirujanos Plásticos en inglés), cada año se producen en torno a 20 muertes por cada 100.000 intervenciones como esta.