En el exilio, viviendo dentro de una cueva bajo el océano, con la única compañía de dos anguilas marinas, vivía Úrsula, la gran villana de La Sirenita. Su cuerpo curvilíneo, así como su vestido escotadísimo y su maquillaje perfecto podrían hacer de La Bruja del Mar el objeto de envidia de muchas personas. Ya que Úrsula es una de los más grandes personajes en la historia de Disney, aquí te hablamos un poco de su origen. Para empezar, hablemos de su fisionomía.
La anatomía de Úrsula dista mucho del cuerpo estereotipado de las otras villanas icónicas de Disney: Cruella, Maléfica, las madrastras de Blanca Nieves y la Cenicienta, todas delgadas y refinadas y, quienes a pesar de ser muy malas, no tienen el toque especial con el que fue creada la villana de La Sirenita.
Y qué es una drag queen?
Una drag queen es un hombre que se viste de mujer con el fin de entretener, llevando al extremo los elementos de la apariencia femenina como los vestidos brillantes, los zapatos de tacón y el maquillaje.
Divine, un símbolo contracultural
Divine era una de ellas, un personaje irreverente, satírico y un tanto "profano", encarnado por el actor Harris Glenn Milstead, quien de pequeño fue maltratado por sus compañeros de la escuela por su sobrepeso y su modo afeminado de ser.
Sin embargo, eso no consiguió quebrarlo. Durante su juventud, después de haber conocido a John Waters, el director de cine independiente que lo acompañó a la fama, creó a Divine, quien le permitió empoderarse, crecer y convertirse en una famosa estrella transgresora, que iba en contra de lo que habitualmente se entendía como correcto o que estaba bien.
Junto a Waters, Divine creó personajes diferentes, un tanto repungantes, que lo ayudaron a hacer frente a una sociedad manchada por los estereotipos, los prejuicios y la discriminación.
En el filme independiente Pink Flamingos, ambos dejaron claro que el personaje debía ser hasta cierto punto repulsivo, pues en una escena la actriz da a entender que devora un puñado de excremento de perro, lo que seguramente le revolvió las tripas a más de un espectador.
A pesar de que no a mucha gente le gustaba lo que hacía, debido a su personalidad y lo que ésta representaba, Divine se convirtió en un ícono de la contracultura estadunidense y, para bien o para mal, la gente hablaba de ella y era imposible que su imagen no estuviera grabada en el inconsciente de varios.
Durante la producción de La Sirenita, Disney contrató a Howard Ashman, quien previamente había trabajado con Divine, como productor, letrista y guionista.
Él dio el visto bueno a la idea de la villana: un boceto de una Úrsula con la cara idéntica a la drag, pero en vez de tentáculos, cola de tiburón. Antes de que la Úrsula que conocemos ahora fuera aprobada, los dibujantes barajaron un montón de ideas que no pudieron superar a la imponente imagen de Divine, con el maquillaje, cuerpo y estilo de la drag queen.
A pesar de ser su fiel retrato, Divine no pudo interpretar a Úrsula, pues falleció antes, en 1988, previo al estreno de su famosa película Hairspray y antes siquiera de que responsables de Disney tuvieran la oportunidad de proponérselo.
Sin embargo, según relata Jeffrey Schwarz, el documentalista que contó la historia de la estrella en I am Divine, ella hubiera adorado el personaje y lo hubiera interpretado sin poner peros.
En el mismo documental, John Waters coincidió con Schwarz y dijo que Divine hubiera amado dar voz a Úrsula, al tratarse de un papel que representa algunas de las características que la llevaron a ser el ícono en el que se había convertido, como su sobrepeso y el exilio por ser diferente.