El Festival de Cine de Cannes acogió este martes un foro, encabezado por Guillermo del Toro, para que los cineastas reflexionaran sobre el futuro del cine, quien advirtió en un salón de defensa de los cines que "la próxima gran película podría salir de una tarima". , el mexicano habló sobre las dificultades que tuvo para crear su propia versión animada de Pinocho, que se estrenará en Netflix a finales de este año.
El cineasta recordó que sacar adelante su película le ha costado 15 años. "Cuando decía que quería hacer Pinocho, me contestaban que eso estaba hecho, pero cuando añadía que se desarrollaba durante el ascenso de Mussolini en Italia, se echaban atrás", dijo.
Defender la visión de un director, insiste, siempre ha sido un problema para quienes financian películas, ya sean estudios tradicionales o plataformas: "Las barreras hacen que las películas sean geniales, y si eliminas las barreras, es la muerte de las películas".
Su encuentro con Pedo Almodóvar
Al respecto, habla de una conversación que tuvo con Pedro Almodóvar, uno de los productores de El espinazo del diablo (2001)
"Le dije a Pedro que mi única condición era garantizar el montaje final y él primero me preguntó qué era eso y luego me dijo: 'por supuesto, tú eres el director'; casi lloro de la emoción".
Del Toro ha apelado a la responsabilidad de directores, exhibidores y cineastas para encontrar la manera de "invitar a nuevas generaciones" a la experiencia del cine, en una época en la que todo el mundo parece superado porque "se produce más que nunca" y la oferta desborda al público.