Uruguay se consagró este domingo como nuevo campeón del mundo sub-20 tras vencer por 1-0 en la final a Italia con un tanto de Luciano Rodríguez cuando faltaban cuatro minutos para el final del partido.
La tercera fue la vencida: Tras caer en el último juego de Malasia 1997 y de Turquía 2013, la Celeste ganó un juego en el que dominó de principio a fin y se quedó con el título ante más de 30.000 compatriotas que llegaron al Estadio Único Diego Armando Maradona.
En barco, en avión y en automóvil, fueron miles los que cruzaron el Río de la Plata para ser parte de la fiesta.
Y cuando todos cantaban sin cesar en cada una de las tribunas, Rodríguez aprovechó una confusa jugada dentro del área para empujar el balón y decretar el tanto que consagró a los de Marcelo Broli.
Uruguay dominó la primera parte de principio a fin. La presión alta, el juego por los laterales y el buen manejo del balón en el centro del campo hicieron que la Celeste se adueñara de los 45 minutos iniciales.
Italia no pudo desplegar su fútbol y en muchos momentos cortó el juego con faltas. De hecho en la primera parte acumuló diez contra cinco de los sudamericanos.
Luciano Rodríguez fue la gran figura y el jugador que más veces fue al suelo. El número 19 volvió tras cumplir dos fechas de suspensión y complicó en cada jugada al marcador Gabriele Guarino, quien fue el primero en ver la tarjeta amarilla.
Sin embargo, en los minutos finales la Celeste perdió potencia e Italia se lanzó al ataque con el centrocampista Tommaso Baldanzi como abanderado.
Pero a falta de pocos minutos para el final, tras una confusa jugada dentro del área, Rodríguez empujó el balón ante la mirada del portero rival y desató la locura de tres millones de personas.
Uruguay salió al campo a ganar desde el primer minuto, jugó la final como debía jugarla y se consagró campeón del mundo sub-20 por primera vez en su historia. Otro trofeo para una envidiable vitrina.