Los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 son marcados por muchas situaciones, una de las más importantes es la participación de la primera mujer transgénero en la historia de la justa, la atleta de levantamiento de pesas.
Hubbard fue eliminada al no poder levantar ninguna de las pesas de la competencia de más de 87 kg, donde inició con una barra de 120 kilogramos y posteriormente, la segunda y tercera de 125kg, mismas que no pudo levantar.
No duró mucho, pero fue significativo. Hubbard hizo un gesto de corazón al público con sus manos antes de abandonar la pista de competición.
Hubbard dijo después de su participación en una entrevista. "Por supuesto, no soy totalmente ajena a la controversia que rodea mi participación en estos Juegos". "Y, como tal, me gustaría dar las gracias al COI, por, creo, afirmar realmente su compromiso con los principios del olimpismo, y establecer que el deporte es algo para todas las personas. Es inclusivo. Es accesible".
En el 2012, en lugar de ser ella Hubbard era él, prisionera en el cuerpo masculino de Gavin. Entonces tenía 34 años, lucía varios récords juveniles (categoría de +105 kilos) y competía entre los hombres, hasta que decidió comenzar con el proceso de reasignación de sexo y su carrera dio un giro significativo. A partir de ahí, sus resultados se dispararon. Se proclamó campeona de Oceanía en 2017 (+90 kilos) y 2019 (+87), y logró la medalla de plata en el Mundial celebrado en Anaheim hace cuatro años (Estados Unidos); hace dos, ganó el oro en los Juegos del Pacífico y registró la sexta mejor marca en Pattaya (Tailandia). Su nombre empezó a sonar. Y ahora, en Tokio, su presencia ha reabierto el debate.
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