China reconoció que la nueva variante del coronavirus ómicron representará dificultades suplementarias para la organización de los Juegos Olímpicos de invierno (4-20 febrero) pero se dijo convencido de que el evento se celebrará.
"Esto significará algunos desafíos en materia de lucha contra la pandemia. Pero China tiene experiencia en la materia y estoy plenamente convencido de que los Juegos Olímpicos se celebrarán sin problema", declaró Zhao Lijian, portavoz del ministerio chino de Relaciones Exteriores.
China logró contener la pandemia en su territorio gracias a medidas draconianas: limitar enormemente los vuelos internacionales, cuarentena obligatoria para los recién llegados, test de diagnóstico masivos y aislamiento en caso de tener contacto con un contagiado.
La vida retomó su curso normal hacia marzo de 2020 pero el país sigue registrando focos esporádicos.
Las fronteras chinas siguen cerradas desde marzo de 2020 y los Juegos Olímpicos de invierno de Pekín se celebrarán dentro de una burbuja sanitaria de la que no podrán salir los dos mil 900 deportistas esperados.
Todos tendrán que estar vacunados y respetar una cuarentena de 21 días a su llegada. Además, se les someterá a pruebas de diagnóstico diarias.
Solo los espectadores residentes en China podrán asistir a las pruebas.
China aún no ha registrado casos de la variante ómicron en el país aunque sí ha habido casos en el territorio semiautónomo de Hong Kong.