“El color es un medio para ejercer influencia directa sobre el alma: el color es la tela, el ojo el macillo, y el alma es el piano con sus cuerdas”. Wassily Kandinski.
Mucho de la obra de Tomás Mejía está definida por su trabajo técnico y su disciplina. Estar frente a su obra es constatar que el color existe para buscarnos dentro de nosotros mismos, y transmitir el mensaje para el que fue creada. El trazo es evidente en la construcción del cuadro, el movimiento y la forma van de la mano, porque eso es lo que el artista imprime a cada composición. Hablar del talento de un artista tabasqueño como Tomás Mejía es hurgar en el conocimiento, la disciplina, el trabajo comprometido con su curiosidad, con el complejo proceso de creación que podemos observar en la serie “Pachamamas”, o bien en la “Fiesta del Robalo”.
Identificar movimiento al observar a las Pachamamas, mujeres que tienen en sus manos canastos con cacao, la suavidad de la forma, y la geometría del círculo en los dedos de las manos y de los pies, la ondulación en el vestido, la concavidad de la palma de las manos. Artista que traza, que piensa, que tiene como dominio el dibujo; sin él, la obra se cae.
De la exposición Retrospectiva “Trazo, Forma y Color” el pintor comentó: “busco que el espectador perciba cómo se concibe un cuadro, una escultura; algunos trabajos aún tienen esa primicia del carbón en el lienzo. Trató de consumar esa profundidad que pueda tener el arte, porque es ciencia, es arquitectura, es matemáticas, es diseño.”
TBV: ¿Cuándo definiste que ser artista plástico era tu vocación?
Tomás Mejía(TM): En la infancia, desde que vi obras de arte en los libros, el color me envolvió. Estudié la primaria en la escuela “Santos Degollado” en Atasta, y ahí había un mural; me gustaba sentarme a verlo, sobre todo los colores. Los maestros me invitaban a que colaborará en los periódicos murales, a dibujar el personaje alusivo, de esa manera, por intuición me estaba formando. Participé en muchos concursos cuando era niño, gané premios.
TBV: ¿El arte está implícito en la educación? Estudiar arte es una asignatura que debe impartirse por artistas
TM: Tengo un proyecto de arte entorno a la educación, creo que el arte es la base de nuestra sociedad; la parte intelectual como conocimiento, como apreciación, como ejecución, como realización, y en su caso como parte de la vida. Aunque no todos van a ser artistas, el individuo que recibe formación de arte, en el futuro será un espectador que podrá recibir el arte y apreciarlo. Si no ponemos atención a la formación desde la niñez en el arte, no tendremos personas cultas. En el pasado el Calmecac era una escuela especializada para los artesanos , los artistas, los soldados, cada uno en su especialidad, y desarrollaban talentos, sin olvidar el arte. Actualmente la educación está enfocada de otra manera. Los artistas nos especializamos por cuenta propia. Existe la universidad pero no está diseñada para hacer artistas; el artista nace en la convivencia constante en su estudio en la participación de crear, diseñar, construir, y hablar el lenguaje del arte.
TBV: Cómo ha sido para tí el proceso creativo?
TM: Es intuitivo, es por gusto, por pasión; cuando amas, deseas y convives el arte, florece. Se dan casos extraordinarios que no necesitan estudiar, sólo es por el gusto y pasión al arte. Si combinas el deseo, la pasión, la técnica, la profesionalización, eso es lo magnifico de la creación de un artista, que se conmueve y conmueve a un público. Entonces la obra se vuelve obra de arte, no articulo de decoración, sino como la concepción de un lenguaje, la profundidad de un mensaje. Por eso el arte marca la historia del mundo, siempre que queremos saber algo, buscamos un cuadro, una fotografía, una remembranza que quedó del tiempo, y nadie se dio cuenta de cuándo cambió una ciudad, o cuándo cambió la sociedad, por eso acudes a un cuadro y observas la ropa, el arete, los zapatos, el peinado, es decir, todo es historia.
TBV: Por eso tu trabajo también plasma el Tabasco contemporáneo
TM: Sí, “Tabasco Contemporáneo” es una colección que más obra tiene, la componen 150 obras, algunas están en el extranjero, o en colecciones nacionales privadas, que incluso han participado como imagen de Tabasco. Narra ese Tabasco colapsado por la industria de los hidrocarburos, que al llegar cambia todo de manera drástica. Algunas cosas se perdieron, otras prevalecen pero ya no con la misma fuerza cultural antigua; el folclor lucha por permanecer, es la lucha de los artesanos. Las autoridades deben tener una participación mayor y que se haga un museo que resguarde la historia de Tabasco y no se pierda en el tiempo. Mi interés es registrar en mis cuadros, el Tabasco antiguo y el Tabasco moderno.
Tomás Mejía es un artista con un alto sentido de la conciencia social, un artista crítico que también es muralista, y es en esa técnica donde manifiesta su opinión sobre la situación del México actual, la protesta que como muralista plasma constantemente. “La lucha social la asumo como tal, porque soy muralista” afirma. “El muralista no es el pintor común, es el luchador social, es el que tiene la voz, los oídos, las manos, y los ojos del pueblo, y el que puede dar ese discurso y ponerlo ante la nación y la sociedad, para despertar conciencia. Esa es nuestra misión y nuestra gran labor.”
Su trabajo artístico también incluye la escultura; sus temas tienen que ver con el entorno de Tabasco. La exposición “Trazo, forma y color: retrospectiva” retrata el camino de búsqueda, de estudio, y disciplina. Su paleta de colores van desde el azul, el rojo, amarillo, ocres, terracotas, verdes, el constante color verde de Tabasco. Su obra está definida por una palabra: organización. Cuando define un tema, entonces ya está pensando en los colores a usar, el uso del plano y el trazo, y el mensaje a transmitir. Mensaje fundamental en su compromiso con el arte y la sociedad.