Joseph Maximillian Dunnigan, quien dirige el museo, es escocés de nacimiento, pero vivió un tiempo en China. Ahí fue donde se interesó por el tema de la libertad de expresión y la censura.
Los libros que hay en exhibición fueron censurados por alguna institución o alguna persona en el pasado, aun si no están prohibidos todavía al día de hoy. Y hay libros de diferentes partes del mundo.
Hay una sección de la Unión Soviética, una de China; incluso hay una sección de libros que, más allá de haber sido condenados por alguien, fueron quemados en eventos públicos.