En el marco del día de la Candelaria, el fervor ha invadido, los pueblos chontales de Jalpa de Méndez y Nacajuca con las tradicionales enramas; llevando las familias por tradición y costumbre sus regalos, como: Aves de traspatio, borregos, cerdos, becerros y enceres domésticos. Al creyente, se le recibe con música viva y de bandas musicales de viento; además de visitar al nicho donde se encuentra la santa vestida en traje azul y blanco con un niño entre sus brazos y rodeada de centenares de flores naturales, sin faltar el pozol dulce y puchero de res.
La fiesta, ha comenzado desde las nueve de la mañana en el barrio la Candelaria en la cabecera municipal de Jalpa de Méndez y en San Hipólito de esta demarcación; mientras que en Nacajuca la fiesta se efectúa en el poblado Olcuatitán y ranchería Vainilla, lugares donde a la par festejan en grande.
Afuera, en la calle principal la música de viento, tecladista, tamborileros, vendedores ambulantes y repiques de campanas, que anuncian la llegada de nuevos regalos para la santa, que no cesan, al contrario aumentan por la tarde. Es el panorama, que se vive con una tarde asoleada pero bulliciosa por doquier.
Cuando se anuncia, la llegada de un becerro, los jóvenes corren para ir en su búsqueda, eso los divierte y apasiona; mientras, que muchas familias se reúnen en las orillas de banquetas para ver pasar los regalos o las intrépidos personas, que van detrás de los becerros y corriendo.
Tradición con sabor
En tanto, que en una puerta se forman largas filas de personas, que ingresan al atrio de la iglesia para ir a comer su puchero de res; pues está vez, prepararon los organizadores dos toros para todos los visitantes.
La fiesta, continuará en la noche después de misa de la siete con una velada especial, música, cohetes y globos. Dice don Emilio Pérez, uno de los encargado de la custodia de la virgen.