Toca cambiar la hora: ¿Cómo puedes adaptarte mejor al nuevo horario?

Puede afectar a nuestras emociones y a nuestras conductas, por lo que conviene seguir una serie de consejos para llevarlo mejor

En relación a la salud, ¿Qué horario es más favorable? ¿El horario de verano o el de invierno? En palabras de la Dra. María Consuelo Vilasánchez, psicóloga y miembro de Doctoralia, “para nuestra salud, el horario de invierno es más saludable que el de verano, ya que en ese horario están más sincronizados la salida de la luz solar y el inicio de nuestra jornada de trabajo. Por lo tanto, nuestro ritmo biológico se adapta mejor y el ciclo de sueño-vigilia es más natural que en verano”. Y añade: “En el verano, entre que amanece y nos levantamos aún puede pasar bastante tiempo, por lo que el organismo se ajusta menos a este horario. Además, dormimos menos, lo que puede afectar a nuestra concentración y rendimiento diario”.

Cuáles son las consecuencias más frecuentes del cambio de hora. Durante el ciclo de 24 horas del día, se producen cambios físicos ocasionados por la luz y la oscuridad. Estos cambios afectan a las emociones y, por lo tanto, a las conductas. Esto no ocurre solo en los humanos, sino que afecta a la mayor parte de los seres vivos, incluidas las plantas. Los ritmos circadianos y el reloj biológico del organismo son los reguladores de estos cambios físicos. Estos ritmos influyen en la temperatura corporal, en la digestión, en la sensación de hambre y en la liberación de determinadas hormonas, pero donde más influyen en la producción de melatonina que es la responsable del sueño.

Consejos para adaptarte mejor

  • No agobiarse: “Si los primeros días nos sentimos más irritables, cansados o somnolientos, veámoslo como algo temporal que durará unos días hasta que nos adaptemos. Para ello, podemos hacer actividades más relajantes que nos hagan sentir mejor, como la relajación, meditación o yoga”.
  • Ir modificando poco a poco los horarios de las comidas: “Durante la semana previa al cambio de hora, podemos empezar a adelantar las comidas: Primero, un cuarto de hora antes, luego media hora y finalmente, tres cuartos, con la finalidad de llegar más adaptados. Esto es especialmente importante en bebés y personas mayores, que son a quienes más les cuesta el cambio”.
  • Preparar el sueño los primeros días: “Con el cambio horario tendremos que irnos a dormir antes, así que para tener sueño por la noche podemos eludir las siestas los primeros días, evitar las bebidas estimulantes dos horas antes de ir a dormir y ser previsores, adelantando progresivamente la hora de dormir la semana anterior”.

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