1. Baja las persianas o los estores
La web didáctica Family Handyman destaca que hasta el 30% del calor indeseado entra por las ventanas. Por muy simple que parezca, usar persianas o estores puede reducir hasta un 7% la factura de la luz y bajar hasta 10 grados la temperatura del interior. Es una forma de evitar que la casa se convierta en un pequeño invernadero, especialmente aquellas habitaciones con ventanas orientadas al sur o al oeste.
2. Aprovecha bien las puertas
Cerrar las habitaciones durante las horas más calurosas del día evita que se extienda el calor por la casa. De forma contraria, conviene aprovechar las horas más frescas de la noche abriendo las puertas para que circule el aire por todas las habitaciones.
3. Tunea un ventilador en vez de usar el aire acondicionado
Ni siquiera el aire acondicionado puede imitar la sensación de la brisa marina, pero con este ingenioso truco, se puede conseguir. Llena un cuenco con hielo (o cualquier cosa que esté helada) y colócalo en ángulo frente al ventilador de tal forma que el aire circule sobre el hielo. La corriente saldrá fresca y muchísimo más agradable. Ya lo verás: es mágico.
4. Cambia las sábanas
Cambiar las sábanas según la estación del año no solo refresca la habitación, también te mantiene más fresco a ti. Así como las mantas de franela y las mantas polares son ideales para mantener el calor, el algodón es la mejor apuesta para esta época, ya que deja respirar a la piel y se mantiene fresco. De forma adicional, no está de más comprar una almohada de trigo sarraceno. Al tener las cáscaras espacios naturales de aire entre ellas, no se ciñen al cuerpo como las almohadas normales, aunque estén metidas en una funda.
5. Programa los ventiladores de techo para que giren hacia la izquierda
Lo creas o no, hay que ajustar los ventiladores de techo según la estación del año. En verano, prográmalos para que giren en el sentido contrario a las agujas del reloj a una mayor velocidad. Se creará una corriente de aire que te hará “sentir” más frescor.
6. Céntrate en controlar la temperatura corporal, no la de la casa
Si tus antepasados lograron sobrevivir sin aire acondicionado, tú también puedes. Toma bebidas frías o ponte paños frescos en zonas como las muñecas o el cuello, donde se nota más el pulso, para bajar la temperatura corporal desde el interior. Otros consejos son elegir una ropa adecuada y decirle a tu pareja que nada de dormir abrazados hasta que las hojas de los árboles empiecen a cambiar de color.
7. Aprovecha los extractores de calor
Enciende el extractor de la cocina o el del baño, si tienes. Absorberán el calor que has generado haciendo la comida o duchándote.
8. Prepara una cama a prueba de calor
Actúa sobre la fuente del calor: utiliza una manta o ponte una almohadilla de gel frío bajo la cabeza cuando duermas. Para los pies, enfría una bolsa de agua caliente. Aunque suene raro, humedecer ligeramente las sábanas antes de ir a dormir es muy útil para estar fresco.
9. Deja que entre el aire por la noche
Durante los meses de verano, las temperaturas pueden caer por la noche según donde vivas. Aprovéchalo abriendo las ventanas antes de dormir o incluso crea tu propio túnel de viento distribuyendo estratégicamente los ventiladores de forma que se maximice la brisa que entra. Eso sí, acuérdate de cerrar las ventanas (y las persianas y estores) antes de que empiece a subir la temperatura otra vez por la mañana.
10. Olvida ya las luces incandescentes
Si necesitas algún motivo para cambiarte a las lámparas fluorescentes, ya lo tienes. Las bombillas incandescentes gastan un 90% de electricidad en generar energía calorífica, de modo que deshacerte de ellas es una buena forma de refrescar la casa y reducir la factura de la luz.
11. Es época de barbacoas
Es obvio, pero hay que decirlo: usando el horno en verano subirás la temperatura de la casa. Si ya parece que estás a 40ºC dentro, ¿por qué querrías encender un aparato que se pone a 250ºC? Además, ¿a quién no le apetece hacer un picnic o una barbacoa con los amigos y familiares?
12. Haz unas cuantas reformas
Si de verdad te interesa evitar el aire acondicionado, hay algunas reformas que te pueden ayudar a controlar la temperatura durante todo el año: fijar películas aislantes en los cristales, instalar ventanas con aislamiento térmico, usar plantas grandes o toldos como barrera solar... La inversión merecerá la pena.