En temas de contaminación atmosférica, la atención se centra en los principales causantes del problema, como la quema de combustibles fósiles para fabricación de artículos o el uso excesivo de automóviles, entre otros.
Sin embargo, algunas actividades cotidianas digitales, como enviar correos electrónicos también podrían contribuir, aunque en cantidades menores, a la emisión de dióxido de carbono (CO2) y a la contaminación ambiental.
¿Por qué los correos electrónicos contaminan?
Las tecnologías de la información y comunicación (TIC) son herramientas que facilitan la vida de muchas personas, pero también generan estragos en el medio ambiente. De hecho, difundir un comunicado laboral o recibir aquellas promociones por correo electrónico podría ser un factor que incremente la contaminación atmosférica.
De acuerdo con la agencia de investigación estadounidense, Grupo Radicati, antes de la pandemia se enviaron y recibieron cerca de 246 mil millones de correos electrónicos al día, a nivel mundial.