El chile es uno de los alimentos más completos con los que podemos contar en nuestra cocina, además de condimentar nuestra comida y platillos, tiene excelentes propiedades que nos ayudan a combatir ciertas enfermedades.
Ya sea serrano, jalapeño, poblano o morita, el consumo de chile es muy bueno para activar una serie de funciones en nuestro cuerpo que prevengan enfermedades y fortalezcan el sistema inmunológico.
De acuerdo a los resultados obtenidos por el profesor José de Jesús Ornelas Paz, del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), el chile posee una rica serie de compuestos que ponen en marcha una importante actividad bioquímica en el organismo humano, además de contar con propiedades analgésicas, antincancerígenas, antiulcerantes, hipoglucémicas, hipolipidémicas, antiinflamatorias, antioxidantes y provitamina A, entre otras.
Estas cualidades forman parte de un frente clave que combate diversas enfermedades y malestares en nuestra salud, sobretodo ante las enfermedades degenerativas como el cáncer, los problemas cardiovasculares o la diabetes.
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Los antioxidantes que los chiles poseen son una gran herramienta para la salud humana y los mecanismos de nuestro cuerpo, pues incluso algunos de sus compuestos inhiben la expresión de genes involucrados en la patogénesis de algunos malestares.
Los chiles tienen en su composición un alto porcentaje de vitamina C y Vitamina E, superando a algunos cítricos como la naranja y el limón, y también cabe destacar que muy pocos alimentos contienen la misma variedad de nutrientes que los chiles aportan.
Aunque se tenga la falsa creencia de que estos alimentos puedan ocasionar problemas gastrointestinales, estos suceden con mayor frecuencia cuando se utilizan salsas y chiles procesados que incluyen vinagre blanco en su preparación.
La investigación del CIAD no sería la primera que se hace en este sentido, sino una de tantas que buscan revindicar al chile como uno de los superalimentos incluidos y fundamentales para la gastronomía mexicana.