Un estudio de la Universidad de Arkansas y Texas reveló datos muy interesantes sobre uno de nuestros alimentos cotidianos, y entre ellos, el riesgo que conlleva no revisar a detalle lo que compras.
El pollo es suave, tiene un sabor ligero y todo el mundo piensa que es más sano que la carne roja.
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Quizá eso era real, en tiempos pasados pero ahora, la situación ha cambiado drásticamente con esta proteína animal.
¿Qué le hemos hecho al pollo?
Según un video de Compassion in World Farming, una organización que busca mejores prácticas en la ganadería, el pollo ya no es como antes.
Cada vez más, el pollo presenta rayas blancas en medio del músculo y aunque parece inofensivo?, ¡No lo es!.
Estas marcas son el resultado de las condiciones de vida de los pollos en las granjas, ya que los productores quieren animales más grandes, que crezcan con rapidez.
Lo peor: no es más que grasa. Una pechuga de pollo magra no debe tener ninguna marca, debe de estar limpia y tener un color homogéneo.
Un estudio de la Universidad de Arkansas y Texas expuso que este tipo de concentración de grasa en el pollo afecta la calidad de la carne y la hace menos tierna.