Un equipo de investigadores de la Universidad del Sur de California ha contribuido en arrojar luz sobre los riesgos para la salud evaluando seis años de datos sobre la calidad del aire, la temperatura y los certificados de defunción.
En su trabajo, publicado en la revista científica 'American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine', han evidenciado que, en comparación con los días sin condiciones extremas, los días de calor extremo conllevaban un aumento del 6.1 por ciento del riesgo de muerte. En los días de contaminación atmosférica extrema, las muertes eran un 5 por ciento más probables. Pero en los días de calor extremo y de contaminación atmosférica, las muertes eran un 21 por ciento más probables, un efecto sinérgico que casi duplica el impacto de las exposiciones individuales combinadas.
"Descubrimos que el efecto de la exposición a las temperaturas extremas y a la contaminación extrema sobre la mortalidad es mayor que la suma de sus efectos individuales", explica el doctor Mostafijur Rahman, autor principal del estudio.
Además de la mortalidad general, este estudio también examinó las muertes por afecciones cardiovasculares y respiratorias. En los días de exposición extrema, las personas mayores de 75 años eran las que corrían mayor riesgo. Los hallazgos podrían, en última instancia, ayudar a las personas, las comunidades y los sistemas sanitarios a prepararse para el clima extremo y minimizar los posibles daños.