La Revista del Consumidor de febrero, que hace la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), nos explica que este tipo de productos por sus componentes, estimulan las áreas cerebrales vinculadas con el placer y la preferencia de comer más papitas.
"Inducen a la generación de dopamina, sustancia producida en el cerebro que brinda una sensación de bienestar y saciedad. Se piensa que pueden tener efectos adictivos a lo crujiente. No por nada son crujientes y algunas destacan esta cualidad", explico.
Los aceites vegetales influyen directamente en la calidad y la duración del producto.
A nivel de producción se llegan a utilizar las grasas hidrogenadas (que vienen de aceites vegetales) a las que se les inyectan moléculas de hidrógeno con la intención de que duren mas tiempo.
"Este tipo de grasas, a pesar de su origen vegetal, pueden contener las denominadas grasas trans al haber sido sometidas al tratamiento físico-químico que ya mencionamos", dijo la Profeco.
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