Si bien los recientes comunicados oficiales del Principado y las entrevistas que ha dado el príncipe Alberto con respecto a la salud de Charlène han tenido como objetivo acabar con las especulaciones al respecto y también con los rumores de una crisis en su matrimonio, lo cierto es que no han hecho más que transmitir confusión y desconfianza.
Desconfianza porque en un inicio se dijo que la salud de la princesa estaba mejorando y que a eso se debió su regreso a Mónaco el 8 de noviembre, luego de pasar gran parte del año convaleciente en Sudáfrica, su país natal, tal parece que el problema de la exnadadora es mucho mayor que solo un problema físico. Pero no se dan muchas explicaciones.
Antes de su regreso, Alberto dijo que era probable que su esposa lo acompañara en su viaje a Dubai de la semana pasada, algo que no ocurrió. También dijo que Charlène probablemente asistiría a la ceremonia por el Día Nacional, pero apenas hace dos días el principado comunicó que, a pesar de haber regresado, la exnadadora se retiraba de la vida pública hasta que su salud mejorara.
Finalmente, ayer el príncipe monegasco dijo al periódico Monaco-Matin que su esposa no está en Mónaco como se creía, y que además de estar recuperando su salud física, también necesita tiempo para recuperar su salud mental.
"Está mejor, pero todavía necesita descanso y paz. No está en el Principado, pero podremos visitarla muy pronto. No puedo decirte más por discreción. Hay cansancio, no solo físico, que solo se puede tratar con un descanso y seguimiento”, es lo que dijo al respecto.
Sobre lo que significa para sus hijos de seis años, los mellizos Gabriella y Jacques, estar lejos de Charlène, Alberto acepta que “sufrieron por la ausencia de su madre, pero tenían suficientes distracciones y un círculo familiar que se aseguraba de que no les faltara afecto”. Además, él está intentando compensar esto pues dijo: “es bastante simple, mi prioridad es mi familia”.
Y tal parece que está aprovechando bien el tiempo extra con sus hijos: “Este es un momento extremadamente importante en la vida (de los niños), la forma en que crecen les ayuda a ver el mundo. Y si uno de los padres está ausente por razones médicas, el otro padre tiene que estar allí. He escuchado a demasiados amigos y conocidos decirme que desearían haber estado ahí para sus hijos, a cierta edad, absorbidos por su trabajo o su vida profesional. No quiero tener estos arrepentimientos”, comentó al respecto.
Por ahora, solo el tiempo dirá si realmente el alejamiento de Charlène se debe solo a problemas de salud o si el matrimonio monegasco está viviendo sus últimos momentos juntos.
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