La iluminación natural es superior a la iluminación artificial, ya que se distribuye uniformemente y, por lo tanto, no proyecta tantas sombras. Además, es menos intensa y hace cansar menos la vista. La luz del sol también puede prevenir el crecimiento de hongos y otros microorganismos dentro de tu casa.
¿Lo sabías? Las personas que trabajan en áreas iluminadas por el sol son más productivas que aquellas que no están expuestas a la luz natural. Otros beneficios: la luz del sol es una fuente libre de vitaminas B y D. También aumenta las endorfinas y la serotonina, lo que mejora el estado de ánimo y la productividad.
La cantidad de luz solar que recibe cada habitación varía según la posición de tu casa y la hora del día. Por lo tanto, es mejor planificar los espacios interiores de antemano para decidir cómo se puede aprovechar mejor la luz solar disponible, aseguran los profesionales. Ten en cuenta el propósito y la función, la atmósfera o el estado de ánimo de cada habitación y las necesidades de privacidad.
Una forma segura de aumentar la cantidad de luz solar que ingresa en tus habitaciones es utilizando grandes aberturas. Por ejemplo: reemplaza una puerta de madera sólida por una puerta de cristal. También puedes confinar espacios con paredes de vidrio.