La seda es un material natural producido por las orugas. La segregan para producir los capullos en los que se desarrollan sus larvas.
Su estructura, así como el valor del pH, son bastante similares a los de nuestra piel y cabello; esta es la principal ventaja y la razón de que las almohadas de seda se hayan convertido en una tendencia en el mundo de la belleza.
La idea de que ayudan a combatir las arrugas se basa en el hecho de que la seda (a diferencia del algodón o el poliéster) es muy poco absorbente, por lo que no resta humedad a la piel.
Por otra parte, tampoco deja marcas en la cara, como hacen los pliegues de una funda de algodón.
Pero realmente parece un poco exagerado afirmar que previenen o reducen las arrugas en la piel. Para poder asegurarlo sería necesario realizar estudios a largo plazo y por ahora nadie los ha hecho.
La seda tiene un efecto aislante del calor y el frío, no se arruga y es permeable al aire. Esto las hace especialmente agradables al dormir, sobre todo en verano, ya que permite una buena circulación del aire.
Cómo limpiar correctamente las almohadas de seda
La seda es particularmente sensible a las altas temperaturas, por lo que es importante tener en cuenta los siguientes consejos a la hora de lavar:
Lavado en la lavadoraPuedes averiguar si tu almohada de seda es adecuada para la lavadora en la etiqueta de cuidada. También te mostrará la temperatura recomendada que se puede usar al lavarla.No uses un detergente común, sino un detergente líquido suave para telas delicadas, como la seda. Este tipo de detergente funcione bien a bajas temperaturas.Protege tu almohada de seda de otros tejidos que se lavan con ella colocándola en una red de malla fina con cremallera antes de cada lavado. Utiliza un ciclo suave. Las lavadoras modernas tienen una función adicional para materiales sensibles como la seda. Retira la humedad residual de las fundas después de lavarlas con una toalla limpia y seca. Nunca coloques una almohada de seda en la secadora, ya que no soporta las altas temperaturas.Lavado a manoLlena un balde con agua tibia que no esté a más de 30 grados (también puedes usar el fregadero como alternativa). Añade al agua un poco de detergente suave para tejidos delicados y distribúyelo bien con los dedos. Remoja la almohada de seda en ella durante unos minutos y después sumérgela con movimientos suaves. Reemplaza el agua sucia con agua fresca (tibia) y enjuaga bien la almohada de seda. Saca la humedad de las fundas colocando una toalla limpia encima y presionando ligeramente. Cuelga la almohada de seda en un tendedero en un lugar no soleado hasta que esté completamente seca.Te puede interesar: Alimentos para disminuir el colesterol malo