Aunque parezca una decisión estética, la decisión de que las ventanas de un avión sean redondas es por cuestiones de seguridad. La forma ovalada de las ventanas y la forma cilíndrica de un avión, disminuyen los riesgos de accidentes aéreos.
De acuerdo con los expertos, si las ventanas de los aviones fueran cuadradas, el avión se desintegraría en pleno vuelo. Estas medidas provienen de la prueba y error de varios modelos de aviones, descubriendo que las ventanillas ovaladas de los aviones pueden salvar vidas.
Fue a mediados del siglo pasado que las aerolíneas lograron que los aviones comenzaran a volar a una mayor altitud, permitiendo transportar pasajeros. La innovación comenzó con las ventanas redondas.
Las ventanillas redondas consiguieron un ahorro económico, ya que cuanta menor densidad de aire, provocaba un arrastre menor del avión y a su vez, menos combustible. Por otro lado, el vuelo se convirtió en una atmósfera agradable para los pasajeros.
Las ventanas ovaladas consiguieron que la presión fluya de forma suave alrededor de las cristalería, evitando que se acumule la presión al punto de ser destructiva como el caso de las ventanas cuadradas.