- Demetrio, el conductor, relató que el suceso ocurrió un domingo por la noche, cuando decidió trabajar unas horas extra. La joven, acompañada inicialmente por un hombre que llevaba una bebida alcohólica, subió al auto y se sentó en el asiento del copiloto. Pronto, el conductor notó que la pasajera estaba intoxicada, ya que tenía dificultades para hablar y mantenerse despierta.
Durante el trayecto, la joven abrió la puerta del auto en movimiento para vomitar, lo que obligó a Demetrio a detenerse y ayudarla. A pesar de sus esfuerzos por asistirla, la situación empeoró cuando, al llegar a su destino, la pasajera le informó que había ensuciado el asiento del auto con heces fecales.
Demetrio, quien inicialmente pensó que se trataba de vómito, se percató del verdadero desastre solo después de que la mujer abandonó el vehículo. La pasajera intentó compensarlo con 500 pesos, pero el daño ya estaba hecho.
No la bajo por seguridad
- El conductor compartió su experiencia en grupos de WhatsApp de Uber, donde otros colegas le aconsejaron que bajara a la pasajera para evitar más problemas. Sin embargo, Demetrio decidió no hacerlo por preocupación por su seguridad, ya que la joven estaba en un estado vulnerable. Más tarde, la pasajera intentó desacreditar al conductor en redes sociales, acusándolo de acoso sexual durante el viaje, aunque no presentó pruebas para respaldar sus afirmaciones. Demetrio negó las acusaciones, señalando que su única intención fue ayudarla y que la historia de la pasajera carecía de sentido.
- Este incidente ha generado un debate sobre los protocolos de seguridad y limpieza en los servicios de transporte por aplicación, así como sobre la responsabilidad de los pasajeros en situaciones similares. Demetrio expresó su frustración por la falta de apoyo de la plataforma en estos casos, ya que no existe un procedimiento claro para manejar este tipo de situaciones.