- El científico británico Ian Wilmut transformó el pensamiento científico de la época al demostrar que podían utilizar células especializadas para crear una copia exacta del animal del que procedían, algo que los científicos habían creído hasta ese momento que era imposible.
El padre de Dolly nació en el condado de Warwickshire en las Midlands Occidentales, y fue hijo de dos profesores. Estudió en la escuela de Scarborough, donde su padre, quien sufrió de diabetes durante cincuenta años y se quedaría ciego, daba clase de matemáticas.
En la escuela empezó a interesarse por primera vez por la biología. Sin embargo su verdadero deseo era hacer carrera naval, algo a lo que tuvo que renunciar por daltonismo.
Como los fines de semana trabajaba de peón en una granja, acabó matriculándose en Agricultura en la Universidad de Nottingham, aunque inspirado por investigadores de la propia Universidad poco a poco fue inclinándose hacia las ciencias animales.
En 1966, Wilmut pasó ocho semanas trabajando en el laboratorio de Christopher Polge, a quien se atribuye el desarrollo de la técnica de criopreservación. Con él trabajó en métodos de conservación de semen y embriones mediante congelación, lo que acabó desembocando en el nacimiento de Frostie, el primer ternero nacido de un embrión congelado.
Sir Ian Wilmut se trasladó después a la Organización de Investigación en Cría Animal (ABRO), predecesora del Instituto Roslin, en 1973, para seguir trabajando con células reproductivas y embriones. En concreto, se involucró en un proyecto para producir ovejas genéticamente modificadas, que produjeran leche con proteínas que pudieran usarse para tratar enfermedades humanas.
- A medida que avanzaba el proyecto, quedó claro que para lograr su objetivo necesitaba un método nuevo y más eficiente, con lo que se puso a liderar el equipo que desarrolló las técnicas de clonación para producir ovejas genéticamente modificadas.