¿No soportas oír masticar a otra persona? Podrías padecer misofonía

Durante la misofonía, se experimenta una sensación desagradable y un mayor ritmo cardíaco cuando escuchan sonidos procedentes de otras personas

El cerebro de las personas que sufren misofonía, un trastorno psiquiátrico que provoca una falta de tolerancia a los sonidos cotidianos producidos por el cuerpo de otras personas, como por ejemplo comer o toser, va más rápido de lo normal, lo que ocasiona las sensaciones desagradables.

Así lo han mostrado investigadores de la Universidad de Newcastle, Reino Unido, cuyo trabajo ha sido publicado en la revista Current Biology, tras analizar, mediante escáner cerebrales realizados con resonancias magnética, cómo respondían personas con o sin misofonía a sonidos como la lluvia, el llanto de un bebé, una persona gritando, la respiración o el sonido que produce una persona al masticar.

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De esta forma, los investigadores comprobaron que existía una diferencia física en el lóbulo frontal de los hemisferios cerebrales de las personas con y sin este trastorno, ya que las que lo sufrían tenían una mayor mielinización en la materia gris de la corteza prefrontal ventromedial.

Además, observaron que en estos pacientes existía una conexión anormal entre esta zona del lóbulo frontal y la corteza insular anterior, la cual juega un papel esencial en el procesamiento de las emociones y de las señales que se reciben desde el propio organismo como desde el mundo exterior.

Todo ello, tal y como han informado los expertos, hace que estas personas experimenten una sensación desagradable, un mayor ritmo cardíaco y un aumento de la sudoración cuando escuchan sonidos procedentes de otras personas.