Hay vídeos en YouTube cuya cantidad de likes (6.000) confirma el entusiasmo con el que algunas trend followers acogen los aparatos para confeccionar mascarillas en casa.
Aplicar alimentos en la piel, ¿un riesgo?
El concepto DIY o do it yourself está a la orden del día. Verónica Valbuena, dermoconsejera del equipo de farmacéuticos Marta Massi, opina que “la idea de fabricar nuestras propias mascarillas faciales ajustando los activos a las necesidades de cada momento en el que se encuentra la piel nos lleva a la cosmética personalizada, a la que cada día intentamos acercarnos más desde la farmacia”. Hasta ahí, bien.
El problema surge cuando no tenemos el control del resultado final de la fórmula: “Se utilizan productos que pueden ser dañinos en nuestra piel aunque a primera vista puedan parecer inofensivos, como el zumo de limón: podríamos pensar que estamos solo añadiendo vitamina C (un activo ideal para el tratamiento de hIperpigmentaciones y una de las estrellas antioxidantes), pero además de desconocer la concentración en la mascarilla, esta puede resultar mucho más irritante, incluso llegar a producir lesiones en la piel debido a la presencia de aceites esenciales, ya que podrían desencadenar reacciones fototóxicas en forma de irritaciones o incluso ampollas. Además, el limón puede tener un pH más ácido que el de nuestra tez y causar alteraciones en la función barrera”.
¿Son malas entonces estas máquinas? No, siempre que prime la cautela, se sepa qué esperar y qué ingredientes están desaconsejados según el tipo de piel.
Una de esas mask makers cuyo stock vuela es la máquina con 32 pastillas de colágeno Meapure de Plastimea y molde para el rostro. 65,99€ en Amazon.
Face Mask Maker, con bajo nivel de ruido y funcionamiento sencillo, también incluye pastillas de colágeno. En Amazon por 29,81€.
Te puede interesar: Estos son los ejercicios que queman más calorías