Publicada en la revista Science en mayo, la investigación —a cargo de neurocientíficos de la Universidad de Berna y el Hospital Universitario de Berna, ambos en Suiza— aporta nueva información sobre la interconexión del sueño y la salud mental. Y también apunta a la posibilidad de terapias novedosas que contribuyan al tratamiento de los recuerdos traumáticos.
Se sabe que los sueños y las emociones intensas aparecen de manera simultánea durante la fase conocida como sueño de movimientos oculares rápidos (REM). No obstante, los científicos no han podido determinar cómo se reactivan las emociones.
Si bien la corteza prefrontal tiene la responsabilidad de integrar las emociones cuando estamos despiertos, parece que esa región cerebral no interviene activamente en el sueño REM.
Cómo se forma el mapa de los sueños.
Los investigadores experimentaron con ratones para estudiar el comportamiento de las neuronas, células cerebrales que constan de un cuerpo (soma) que procesa la información proveniente de unas proyecciones llamadas dendritas (información entrante), y luego envía señales a otras neuronas.
Aplicación en los estados de ansiedad.
El miedo, la ansiedad y otras emociones negativas particularmente fuertes pueden contribuir a problemas como el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Aquí el trauma se consolida con especial intensidad en la corteza prefrontal durante el sueño cotidiano.