En el primer estudio de este tipo, publicado en la revista científica Frontiers in Neuroscience, los investigadores descubrieron que las grabaciones de la retina podían identificar señales distintas tanto para el TDAH como para el TEA, proporcionando un biomarcador potencial para cada condición.
Utilizando el electrorretinograma (ERG), una prueba de diagnóstico que mide la actividad eléctrica de la retina en respuesta a un estímulo luminoso, los investigadores descubrieron que los niños con TDAH mostraban una mayor energía ERG general, mientras que los niños con TEA mostraban menos energía ERG.
"El TEA y el TDAH son los trastornos del neurodesarrollo más comunes que se diagnostican en la infancia. Pero como a menudo comparten rasgos similares, el diagnóstico de ambos trastornos puede ser largo y complicado. Nuestra investigación pretende mejorar esta situación. Explorando cómo reaccionan las señales de la retina a los estímulos luminosos, esperamos desarrollar diagnósticos más precisos y tempranos para los distintos trastornos del neurodesarrollo", explica uno de los líderes del trabajo, el doctor Paul Constable.
Las señales de la retina tienen nervios específicos que las generan, así que si se pueden identificar estas diferencias y localizarlas en vías específicas que utilizan diferentes señales químicas que también se utilizan en el cerebro, los investigadores creen que podrán mostrar diferencias distintivas para los niños con TDAH y TEA y potencialmente otras condiciones de neurodesarrollo.