Un nuevo estudio de tamaño reducido sugiere que, a diferencia de las fotos que se toman con las cámaras regulares, los selfis de los teléfonos inteligentes distorsionan los rasgos faciales de una forma no muy halagadora. Y estos resultados poco atractivos, aunque son imprecisos, podrían estar fomentando un deseo de hacerse cirugías plásticas.
"Las redes sociales han conducido a un aumento en las solicitudes de cirugía plástica de los pacientes, debido a una mayor concienciación sobre su aspecto", explicó el autor del estudio, el Dr. Bardia Amirlak.
Es una tendencia que ha ocurrido desde 2014, añadió Amirlak, profesor asociado de cirugía plástica del Centro Médico del Suroeste de la Universidad de Texas, en Dallas.
Este hallazgo se basa en un trabajo con 23 mujeres y siete hombres, todos los cuales se ofrecieron como voluntarios para que se tomaran sus fotos de tres formas distintas.
Los participantes tenían entre 24 y 62 años (con una edad promedio de 34 años). Siete de ellos se habían sometido antes a cirugías cosméticas o a procedimientos con cosméticos inyectables.
Se tomó una foto que no era un selfi con una cámara réflex digital de único objetivo (DSLR, por sus siglas en inglés) estándar, a unos cinco pies (1.5 metros) de cada sujeto. Pero las otras dos fotos fueron selfis con teléfonos inteligentes. Una se tomó a una distancia de un pie (0.3 metros), para reflejar a los selfis que se toman con el codo doblado, mientras que la otra se tomó a 1.5 pies (casi medio metro) para reflejar la distancia del brazo completo con la muñeca doblada.
Amirlak comentó que, clínicamente, las distorsiones faciales variaron entre un 5 y un 10 por ciento.
Muchos participantes también anotaron que su cara se veía "más proporcionada" en las fotografías convencionales.
Amirlak dijo que los hallazgos resaltan la forma en que los teléfonos inteligentes quizá estén minando la autoconfianza de las personas que buscan cirugía plástica.