En el rostro se revela, principalmente, la falta de sueño, ya que provoca que la persona luzca agotada y poco saludable. En cambio, si se descansa, se optimiza el funcionamiento de varios órganos del cuerpo, entre ellos, el cerebro, donde se producen sustancias metabólicas indispensables para el organismo.
Dormir bien mejora la apariencia física, el tono y brillo de la piel; ayuda a la digestión de los alimentos y a prevenir el envejecimiento prematuro. Para tener un óptimo desenvolvimiento laboral, escolar, deportivo, entre otros, es primordial un buen equilibrio emocional. Por ello, un grato descanso es invaluable.
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