La mayoría estamos expuestos a grandes dosis de ruido cada día. Además, aunque vivas en la ciudad y estés acostumbrado a la atmósfera ruidosa, eso no significa que tu cerebro lo esté y, desafortunadamente, la exposición a ciertos niveles de ruidos tiene consecuencias graves.
De hecho, los humanos siempre han estado rodeados de sonidos. Desde el canto de un pájaro, hasta una corriente de agua y el sonido del viento entre los árboles. Sin embargo, esos forman parte del medio y no alcanzan niveles insalubres.
La contaminación sonora tiende a aumentar en las grandes ciudades, sobre todo por el tránsito y las actividades productivas. Esta problemática puede causar estrés, problemas digestivos, cardiovasculares y neurológicos. La exposición a niveles elevados de ruido puede ocasionar desplazamientos permanentes de la audición de forma irreversible. La Organización Mundial de la Salud aseguró que los parámetros mayores a 65 decibeles son perjudiciales para la salud tanto mental como física. También afecta negativamente en el medio ambiente, como es en el caso de las aves que abandonan los ambientes ruidosos.
¿Cómo funciona la contaminación en nuestro cuerpo?